La académica de Psicología ha vinculado su trabajo académico con las distintas comunidades de la región de Antofagasta.
Jimena Silva Segovia es psicóloga y doctora en Antropología. Ingresó a la UCN en 1998 como profesora adjunta, sin embargo, hoy cumple 23 años como académica titular en la Escuela de Psicología. “Es una casa, una familia para mí”, reconoce.
En una entrevista en su colorido departamento, la académica repasa su vida laboral y rememora hitos que han marcado su paso por nuestra casa de estudios, desde su llegada, pasando por la apertura de la investigación en materias de género, la invención de un modelo metodológico, hasta la actualidad, en la que ha logrado conectar sus avances académicos con el arte, a través de la producción de documentales internacionales.
¿Cómo y cuándo comenzó su relación con nuestra Universidad?
Con la UCN empecé mi relación en 1998. Ese año hice algunas actividades con la Escuela de Psicología, principalmente guía de tesis, pero también hice un montón de otras actividades hasta el 2009.
Hice mucho trabajo con las comunidades, con las nueve comunas de la Región de Antofagasta. Siempre hice interdisciplina en mi trabajo en Antofagasta, porque venía entrenada por el modelo metodológico investigación-acción, muy utilizado en Bolivia. Eso mismo lo apliqué en Antofagasta.
¿Cuál es el balance que realiza de su carrera hasta ahora en la UCN?
No me quejo en lo absoluto de mi carrera académica, hice todas las actividades académicas: desde entradas investigativas, académicas, focos metodológicos y sobre todo vinculación con el medio. Mi liderazgo y trayectoria ha sido en la calle, con la gente, y en el aula.
En estos 22 años mi carrera académica ha estado en plena vigencia hasta el 2020, donde hemos transformado la Escuela de Psicología junto al equipo, en el cual pude liderar una discusión más crítica respecto de la relación sujeto – sociedad desde la psicología.
¿Qué momentos destaca?
Un momento clave fue en 1998 cuando decidí volver de Bolivia a Chile. Yo venía a probar suerte por seis meses en la Universidad José Santos Ossa, quería dar un salto diferente ya que había estado tantos años en terreno, ahora quería enseñar.
¿Qué ha significado para usted investigar materias de género?
Mucho. Abrimos la línea de género y ciudadanía en la Universidad… la producción ha quedado en libros, artículos, conferencias y ponencias que he hecho a nivel nacional e internacional.
Siento que soy como un… objeto patrimonial de la Escuela (ríe), porque varias de las generaciones que hoy están haciendo clases fueron mis estudiantes. Luego muchos fueron investigadores jóvenes en los fondos de investigación, siempre he involucrado a los estudiantes.
¿Se considera feminista?
Yo siempre he sido una activa defensora de los derechos de las mujeres, soy feminista y tengo mis ideas súper claras, he trabajo en ello por 40 años. La mayor parte de mis investigaciones están transversalizadas por el feminismo y los Derechos Humanos. Siempre he sido responsable de mis actos, nunca he sido extremista y tampoco me he quemado por la consigna de quemar las calles. Yo estoy en contra de la violencia en todos los lugares. Lo que sí abogo es por las transformaciones.
¿Cómo evalúa el trabajo realizado con Claudio Araya?
Es imposible no evaluarlo positivamente porque con Claudio hemos empezado nuestro trabajo desde que él tenía 12 años, 13 años… lo conozco desde que nació (ríe). Hemos trabajado en equipo desde que era muy pequeño porque él me acompañó a todas las salidas de terreno.
Por eso digo, no sé quién le enseñó a quién primero (ríe). He aprendido muchísimas cosas de él: la disciplina, el perfeccionamiento del trabajo… él tiene una perspectiva muy perfeccionista, siempre crítica, con una mirada muy madura del arte.
Ha sido un enriquecimiento personal y una demanda y provocación para él.
Próximos desafíos
Actualmente, la doctora Silva está participando como co-investigadora en una investigación sobre la violencia gineco-obstétrica, liderada por el académico Manuel Cárdenas, en la que aborda los aspectos cualitativos de la investigación y la perspectiva de género. “En ese proyecto he ido descubriendo aspectos de mi propia vida, en los que he logrado comprender la posición de las mujeres frente al poder médico”.
“Eso es lo que se está investigando, cómo los procesos de las mujeres -que deberían ser protegidos, cuidados, muy ciudadanos, con muchos derechos- resultan ser, en muchas ocasiones, procesos de temor, de terror, de medicalización de los cuerpos. El bio poder que se mete en los cuerpos de las mujeres en los momentos más importantes, que son los momentos de la maternidad o en la consulta de un médico, son aspectos que se han investigado muy poco en Chile, específicamente en personas trans y mujeres lesbianas”, detalla Silva.
Este proyecto, liderado por Cárdenas, cuenta en su equipo con las investigadoras Jimena Silva, Stella Salinero y Daniela Paz, y se espera que se vincule con las comunidades trans afectadas por la violencia gineco-obstétrica.