El encargado del Taller de Radio UCN, realizó un balance de su carrera en la Universidad.
Corría noviembre de 1999 cuando sonó el teléfono de Ricardo Reitter, quien hasta entonces había trabajado en distintas radios y que en ese momento estaba contratado en Radio Biobío. “Me llamaron de la Universidad Católica del Norte. Ingresé directo a mi puesto, que es bastante específico”, recuerda Reitter, quien este 2022 cumplirá 23 años como Encargado del Taller de Radio de la Escuela de Periodismo.
Desde su oficina, ubicada entre el gimnasio y el quiosco de la Facultad de Humanidades, trabaja Ricardo concentrado. De sus funciones, la que más valora es la de apoyar a las y los estudiantes en sus trabajos para el taller Producción Radiofónica, impartido en el tercer año de la carrera. “Ellos me ven serio pero soy re bueno para la talla, siempre agarro para el chuleteo”, afirma con una sonrisa.
¿Qué ha significado para usted trabajar en Humanidades y en la Escuela de Periodismo?
Es una experiencia inolvidable, enriquecedora, ya que al trabajar con jóvenes tu cuerpo y espíritu se mantienen jóvenes, no te contamina el trabajar con gente de edad que ya está con ‘mañas’. Con gente joven estás al tanto de lo que ellos viven. Sin duda es invaluable, eso es lo que aprecio de trabajar en la Universidad.
¿En qué momento el Taller de Radio ha tenido más movimiento?
Hubo un tiempo que trabajamos la radiografía, donde los alumnos hacían sus programas y luego los subíamos a la red. Distintos tipos de programas, incluso yo tenía un programa, recuerdo, con música. Los alumnos grababan y lo subíamos a la red. Y bueno, ahora con los adelantos que hay, ellos mismos hacen sus pruebas y los suben.
Un dato importante es que cuando llegué a trabajar el año 99 teníamos el sistema analógico de grabación, grabábamos en cassette o en grabadoras verticales, no usábamos el computador, entonces el trabajo era mucho más lento y había que tener bastante experiencia en grabaciones. No cualquiera podía sentarse ahí y efectuar las grabaciones que hoy igual se hacen pero de manera digital. Era un trabajo muy específico ¡Imagínate cuando se equivocaban!, había que empezar todo de nuevo o saber parchar las grabaciones, no como ahora. En la era digital es muy fácil grabar.
¿Se acuerda de algún momento donde haya tenido que arreglar algo?
¡Sí, muchos! Cuando los alumnos entran en marzo se equivocan harto, entonces hay que empezar a arreglar todo. Ya en el segundo semestre están más peritos (sic) en el asunto y grabábamos de una, pero siempre había errores o parches.
Recuerdo que venían personas de Alemania a hacer unos cursos, de hecho cuando entramos a la era digital nos mandaron a un curso a Perú a perfeccionarnos, para saber toda la visión digital el año 2002 más o menos, estuvimos como un mes y cuando volvimos implementamos la edición digital.
¿Cuáles son los valores que deben poseer las personas que formamos parte de la UCN?
Harta dedicación y vocación en lo que hacen y paciencia, ya que trabajan con alumnos y con el colapso de las nuevas generaciones hay que tener bastante paciencia. Mantener la calidad de cuando llegaste a tu trabajo, mantenerla hasta el final, ser muy dedicado al hacerlo.
La colaboración también es importante, esa retroalimentación que hay entre el alumno y el profesor o con algunas personas de apoyo a la academia, siempre tomar en cuenta la experiencia que ellos tienen, son los que están más compenetrados con los alumnos, son más cercanos.
A veces los estudiantes me cuentan sus cosas, los aconsejo, uno trata de ayudarlos, en general son buenos cabros. Yo nunca he tenido un problema con un alumno y llevo cuánto tiempo ahí, nunca una queja, nada. Siempre dispuesto a colaborar con ellos.
Considerando su trayectoria, ¿qué mensaje le dejaría a la Comunidad Universitaria?
Bueno, que aprecien siempre lo que la Universidad les da y realicen un buen trabajo, llegar a la hora, no reclamar por tonterías. Y el respeto con las personas, desde el personal del aseo, todos somos uno y remamos para el mismo lado.
Durante estas dos décadas Ricardo Reitter ha visto pasar distintos profesionales por las aulas y oficinas de la Escuela de Periodismo, entre los que destaca “a don Rubén Gómez, don Isidro Morales, excelentes personas que se echan de menos; a Luis Lara (ex técnico del Taller de Televisión de Periodismo UCN), quien me ha alumbrado en varios temas”.