La profesional se refirió a su experiencia en el postgrado y cómo este ha contribuido en su actual formación doctoral.
Jennifer Marín egresó de la Escuela de Psicología de la Universidad Católica del Norte en el año 2017. Profesión que ejerció durante tres años como coordinadora de la Unidad de Terapia Familiar (UTF) del Centro de Intervención y Asesoría Psicosocial (CIAP).
Desde su formación en pregrado, Jennifer decidió que quería ejercer su carrera en el área clínica, lo que implicaría mantener un compromiso ético y, por tanto, pulirse como terapeuta para poder lograrlo. Por esta razón, en 2019 decidió ingresar al Magíster en Psicología Clínica en la Universidad Católica del Norte, experiencia que calificó como enriquecedora para su aprendizaje.
1.- ¿Qué te llevó a elegir el Magíster en Piscología Clínica en la UCN?
Elegí el programa de la UCN por varias razones. En primer lugar, me sentí muy cómoda con la visión teórica que pude revisar antes de ingresar. Pude observar que contaba con una sólida base teórica y epistemológica y que esta, resonaba con mis propios intereses y objetivos profesionales. Además, la información que recopilé de ex estudiantes del programa fue siempre muy positiva. Ellos destacaban la calidad de la enseñanza y la diversidad de los docentes, lo cual considero importante para una formación integral.
Un aspecto fundamental que influyó en mi decisión, es que este es el único programa en la Macrozona Norte del país en formar psicólogos y psicólogas clínicas y que, además, ofrece clases presenciales. Creo que en este tipo de formación en particular, la presencialidad marca una diferencia significativa, especialmente en lo que respecta a las horas de supervisión de casos. La supervisión directa es vital para el desarrollo de competencias clínicas sólidas y proporciona un apoyo continuo y práctico en la formación del terapeuta.
2.- ¿Qué aspectos destacas del programa?
Destaco especialmente la formación teórica, principalmente los elementos que tienen que ver con los fundamentos epistemológicos y teóricos de la terapia sistémica. Además, el programa ofrece una gran cantidad de horas de supervisión clínica, lo cual es una ventaja significativa durante la realización de los procesos terapéuticos. Este acompañamiento constante no solo se da en los procesos en los que se requiere apoyo, sino en todos los que se llevan a cabo, lo que fortalece la práctica profesional.
Hablar de psicoterapia sistémica abarca una amplia variedad de conceptos y modelos de intervención, y es muy positivo que el programa cuente con un equipo docente diverso. Cada docente aporta su perspectiva única sobre esta modalidad de terapia, lo que fortalece el aprendizaje y permite que puedas ir moldeando y adoptando la perspectiva que mejor se adapte a tu ejercicio profesional.
Finalmente, el programa invierte una alta cantidad de horas al trabajo en la persona del terapeuta, un elemento trascendental y transformador para quienes se están formando como psicólogos/as clínicos/as, tanto a nivel del autoconocimiento, como también en cómo esto impacta en la relación terapéutica como tal.
3.- ¿Cómo te ha impactado el Magíster ahora que estás en el Doctorado?
Diría que ha marcado en distintos aspectos mi paso por el doctorado. En términos generales, tener experiencia en postgrado, te hace enfrentar esta formación con mayor conocimiento y sabiduría, lo que impacta tanto en la mirada teórica, en lo relacional y también en la posición en que te enfrentas a la formación doctoral. Creo que cuando estás recién egresada/o del pregrado, nuestra perspectiva no es tan amplia y muchas veces podemos enfrentarnos a los desafíos académicos con algo de timidez y menos decisión. Estar realizando mi formación doctoral, luego de haber pasado por la experiencia del Magíster, me ha permitido enfrentarme a los desafíos de una manera mucho más clara y con mayor seguridad.
En términos teóricos también ha sido importante, a pesar de que el Magíster era de una línea teórica en particular; de igual manera, contar con todos esos conocimientos de base, me ha permitido poder mirar y enfrentarme con mayor claridad y perspectiva a las distintas visiones teóricas, ontológicas o epistemológicas que implican tener una formación doctoral, facilitando tanto mi comprensión, como mi evaluación crítica de los diferentes enfoques y teorías, enriqueciendo así mi formación doctoral.
4.- ¿Qué le dirías a las y los profesionales que están evaluando maestrarse en Piscología Clínica?
En primer lugar, les diría que si sienten que deben seguir el área clínica de la psicología, deben tener muy presente que hay un compromiso importante con un/a otro/a, y este compromiso debe ser enfrentado con resguardo ético. Esto implica que debemos formarnos de manera rigurosa para poder cumplir con ese rol, por lo tanto, deben sí o sí recibir los conocimientos necesarios para poder desenvolverse de manera adecuada y con el respeto que implica enfrentarse a la vulnerabilidad de otro ser humano.
Escoger el programa de Magíster en Psicología Clínica Mención Psicoterapia Sistémica, es un buen camino, es un programa que cuenta con las bases fundamentales para poder ejercer como psicólogo/a clínico/o, desde lo teórico, lo práctico, como también en cuanto a la formación de la persona del terapeuta, algo que considero trascendental en la formación de un/a terapeuta, y que sin duda encontrarán en este programa, permitiendo que puedan nutrir su crecimiento profesional y también marcará la diferencia en la visión que tengan respecto al hacer psicoterapia.
