Noelia Flores, encargada de Administración y Finanzas de la Facultad de Humanidades, recuerda momentos emblemáticos de su carrera.
Noelia Flores Arancibia cumplirá en unos meses 25 años de servicio en la Universidad Católica del Norte (UCN). Llegó al Laboratorio de Optimización Energética, sin embargo, ese mismo año se abrió un concurso de secretaria en la Escuela de Psicología, “al cual postulé y felizmente quedé seleccionada”, recuerda “la Noe”. En esa unidad trabajó hasta 2021.
El año pasado ingresó al equipo de la decanatura de la Facultad de Humanidades como encargada de Administración y Finanzas, con el corazón lleno de recuerdos de su anterior unidad. “La Escuela de Psicología es un lugar donde crecí como persona y como funcionaria, donde día a día puse mi mayor esfuerzo y dedicación”, reconoce.
¿Qué momento destaca de estos 25 años en la UCN?
Han habido muchos momentos importantes, pero para mí hay uno que es el más simbólico y fue cuando se construyó el Barrio Humanista y el actual edificio de la Escuela de Psicología.
En un comienzo, la escuela eran dos pequeñas oficinas ubicadas en el Pabellón C. Ahí yo tenía una oficina que estaba dividida en dos y al otro lado trabajaban los profesores de Inglés, por lo tanto, teníamos una sola línea telefónica con 2 anexos y cada vez que llamaban y era para Inglés, les golpeaba la pared y les avisaba que contestaran. Fueron tiempos muy entretenidos.
Cuando nos entregaron las nuevas instalaciones de la escuela, empezó el traslado e implementación de cada sala, oficina y laboratorio. Fue toda una locura; recuerdo muchos días de embalar, limpiar, trasladar y volver a instalar todo. Significó mucho trabajo y el comienzo de una nueva etapa como escuela. Desde eso a la fecha, la escuela se ha transformado y crecido mucho más, lo que me llena de orgullo.
¿Qué ha significado su paso por la Escuela de Psicología?
Ha significado la mitad de mi vida literalmente. La escuela es y será por siempre mi lugar de confort, un lugar donde puedo regresar y reconocer cada espacio, donde he dejado mi sello, donde pude ser yo misma y expresarme libremente, donde tengo amigos y amigas entrañables, donde sé que siempre soy escuchada y reconocida, un lugar con personas a las que admiro y quiero mucho, un lugar donde espero siempre volver y seguir sintiendo este grato sentimiento.
Las personas de la escuela me ha visto en mis peores y mejores momentos, me han acompañado en cada uno de mis pasos, han conocido a mi familia y se han preocupado de ellos también. Por eso no me quedan más que palabras de agradecimiento para las personas y la Institución que me ha permitido llegar a ser la persona que soy.
En la escuela he trabajado con todos en los distintos niveles, así como también he recibido y atendido a muchos estudiantes, cada uno con realidades tan distintas, unos más cercanos que otros y siempre sintiendo su respeto hacia lo que yo hacía. Guardo en mi memoria recuerdos de muchos estudiantes y muchos de ellos que hasta ahora son mis amigos y amigas. Pienso que tener la posibilidad de estar en un trabajo donde se valore y se respete lo que haces, no tiene precio y eso para mí ha sido trabajar en la Escuela de Psicología.
Pensando en quienes se integrarán el 2022, ¿cuáles cree que son los valores que deben poseer y transmitir quienes forman parte de la UCN?
Ojalá todos tuvieran los mismos valores, pero como te decía antes, todos los estudiantes tienen tantas realidades distintas. Lo importante es que tengan un genuino deseo de aprender, de dedicarse a su formación y tener la capacidad de desafiarse y esforzarse cada día para lograr su objetivo.
Sí, estamos en otros tiempos, aunque hay cosas que nunca cambian y creo que en este ámbito se privilegia el compañerismo, la empatía y la integridad. No hay nada más lindo que ver en las titulaciones a padres orgullosos y satisfechos, y para mí ha sido un honor y un privilegio poder acompañarles.
Considerando su trayectoria, ¿qué mensaje le dejaría a la Comunidad Universitaria?
Un lema que siempre me ha acompañado en lo laboral y personal es el que hace muchos años la señora Sonia Leyton, periodista, me dijo: “La gente trabajadora siempre tiene su recompensa”, y para mí, más allá de ser una forma de pensar, se ha convertido en una realidad. Por eso insto a todo el que me quiera escuchar, que trabajar comprometidos con las personas y las Institución es una excelente forma de lograr sus metas.
“Espero ser y haber sido un real aporte a las y los estudiantes, académicos y académicas”, concluye Noelia, con su sonrisa siempre a disposición de quien la necesite.