El profesional destacó el aprendizaje y el gran apoyo que recibió por parte de la Escuela de Periodismo durante su formación profesional.
Oriundo de Iquique, Daniel Méndez Aróstica es periodista, bilingüe y posee un magíster en Dirección de Empresas de la Universidad Católica del Norte (UCN). Tras titularse como periodista en 2007, emprendió su camino laboral en las comunicaciones corporativas, especialmente en el área de la minería, donde tuvo la oportunidad de mudarse a Estados Unidos.
Actualmente, es parte del equipo de Comunicaciones Ejecutivas y Compromiso Externo de Johnson & Johnson, apoyando a la organización J&J Technology. Desde Nueva Jersey, Estados Unidos, Daniel cuenta sobre su paso por la UCN y los desafíos que tomó durante su crecimiento personal y laboral.
¿Cuáles son los recuerdos que guardas de estudiar Periodismo en la UCN?
Súper buenos recuerdos la verdad, yo estudié entre el 2003 y el 2007, durante ese tiempo me pasaron muchas cosas personales. Apenas entré a la carrera fui diagnosticado con cáncer, y obviamente siendo el primer año, recién conociendo a toda la gente y a los profesores, fue un momento súper difícil, pero la verdad es que todos se portaron excelentes, tuve mucho apoyo y facilidades para poder continuar estudiando. A pesar de todo, mis mejores recuerdos son de ese año, en las clases con Isidro Morales, Rubén Gómez y la profesora Georgina Mora.
Fue súper importante para mí tener ese apoyo y obviamente de todos los compañeros que estaban en ese tiempo en la carrera. Hasta el día de hoy son buenos amigos, de hecho, muchos de mis mejores amigos los conocí allí, en la universidad.
Debido a tu situación de salud, ¿no pensaste en algún momento tomar una pausa en los estudios?
Sí. Siempre fue una posibilidad porque la verdad no sabía bien cómo iba a salir todo y cuando uno está en tratamiento de cáncer siempre hay un proceso después de eso. Y bueno, se lo planteé a los profesores en ese momento y ellos me dijeron, “mira, si quieres seguir, están las facilidades”. Entonces para mí fue importante seguir, porque ese proceso es bien complicado desde el punto de vista de la salud mental, así que continuar los estudios fue algo bueno para mantener la cabeza ocupada en otra cosa y no estar 100% sumergido en la situación de tener cáncer. Me alegra mucho que no tomé esa pausa, fue fundamental el apoyo que me entregaron.
¿Cómo fue que te decidiste a estudiar Periodismo?
La verdad es que yo siempre tuve interés en el área de las comunicaciones, era lo que más disfrutaba en la escuela. Pero también siempre está ese temor de seguir una carrera que a lo mejor no es una de las más demandadas o una que te pueda asegurar un buen pasar, sobre todo en lo económico, como suele decirse. Entonces siempre hubo un poco de presión de poder elegir otra carrera, especialmente por parte de mi papá.
De hecho, yo fui de la generación que dio la última Prueba de Aptitud Académica y me fue bien, o sea, si mal no recuerdo saqué 750 y algo, y eso me dio para entrar a medicina en un par de escuelas. Ahí vino la discusión y tuve una crisis interna, porque no sabía bien si eso era lo que quería hacer y al final terminé poniendo Periodismo como primera opción en la UCN, lo que creó un montón de problemas y hubo mucha frustración por el lado de mi papá, pero era lo que me apasionaba. No me arrepiento porque la oportunidad que he tenido y la formación que tuve me han abierto las puertas para poder hacer lo que hago hoy.
¿Cuál ha sido el camino laboral que has tomado desde egresar hasta mudarte a Estados Unidos?
Bueno, en la carrera teníamos un curso de Relaciones Públicas y ahí es donde ya empezabas a meterte un poco en el mundo de las comunicaciones corporativas. Fue en ese entonces que empecé a tener la idea de meterme en esa área y terminé haciendo mi segunda práctica en Minera Escondida, después terminé siendo contratado por BHP. Eso abrió un nuevo mundo para mí en términos de opciones profesionales y es algo que nunca había pensado en hacer hasta ese momento.
Luego de un año trabajando allí, se dio la posibilidad de ir a una asignación internacional en un proyecto minero en Tucson, Arizona. Se dio que en ese tiempo yo había conocido a la que ahora es mi esposa, ella es de Estados Unidos, entonces yo había estado aprendiendo a hablar inglés y decidimos irnos juntos. Allí viví un poco más de un año y fue súper bueno, una muy buena experiencia trabajar en minería en Estados Unidos, aprender de la cultura y ver cómo estaban haciendo las comunicaciones en esta parte del continente.
¿Consideras que existen muchas diferencias entre ambos países a la hora de hacer comunicación corporativa?
Sí, o sea, había muchas cosas que en realidad estábamos más avanzados en Chile que acá, sobre todo en minería. En Estados Unidos hay regiones donde existe una actividad minera muy importante, como por ejemplo en Arizona, Nevada o en Utah. Aquí hay muchas operaciones mineras, pero son chicas comparadas con Escondida. Entonces definitivamente ahí se ve la magnitud de las operaciones mineras en Chile y cómo se manejan.
Para mí salir de Escondida, donde en ese tiempo había, no sé, 10 mil empleados y llegar a una mina que tenía 600 personas, era casi como manejar un turno. En general, empezar a interactuar con colegas que estaban haciendo comunicaciones acá y también el trabajar en BHP me permitió conectar con otras personas que estaban en otros países, como Australia, Canadá y en algunas partes de Asia. Gracias esto amplié enormemente mi red de contactos y eso es súper importante, porque obviamente cuando nos vinimos para acá, yo no tenía a nadie que pudiera confirmar que yo podía hacer buen trabajo.
¿Qué mensaje le enviarías a las y los futuros periodistas que buscan desempeñarse laboralmente en el extranjero?
Yo creo lo principal es entender y saber que estamos en una etapa súper motivante y que a veces cuando miras todo lo que está pasando da un poco de miedo. Mi consejo sería que no debes asustarse, tienes que partir con la idea de que nunca vas a dejar de aprender, tienes que ser curioso, estar abierto a aprender de otros y de lo que está pasando.
Para alguien que quiere irse al extranjero, lo que puedo decir es que no es fácil. Siempre vas a estar desafiado a vivir con lo que creciste, tu cultura, tus creencias, tus valores, y tratar de convivir en una sociedad que es distinta y que tiene otra historia, puede ser súper solitario. Y eso es complicado, porque no todos te abren las puertas y no todos te dan oportunidades, incluso si tú tienes credenciales, si estudiaste o si hablas el idioma. Pero lo positivo de todo eso es que al final te adaptas y aprendes todo un nuevo set de habilidades. Eso es impagable. Si tienes dudas de hacerlo, ¡hazlo! Y por último, si no sale bien, siempre está Chile, siempre se puede volver y empezar de nuevo, no hay nada malo en eso.